lunes, 3 de noviembre de 2014

La mirada de Hasán



Y es que la vida da muchas vueltas. Hasán nunca pudo llegar a nada en un país en el que se miraba por encima del hombro al diferente. Creo que en la actualidad recoge mondas de fruta por los escombros de la periferia de alguna ciudad, la misma ciudad que lo multa por no tener que llevarse nada a la boca.
Otras fuentes me dijeron que se lo veía pulular por las zonas de fiesta intentando apañar alguna perra vendiendo hash, pero claro, los musculitos y zorras de discoteca si fuman, lo hacen de calidad. Aunque les haya pegado el palo el amiguito "avispado" de la uni, o Pepe el de la esquina. Pero coño, la dignidad de estos polioperados/as (más -as que -os) podría verse truncada al aparecer junto a un "moro".
Hasán Nihú trabaja por cuatro duros, me enteré finalmente el otro día, barriendo las colillas y vasitos de café de alguna de las oficinas del centro financiero de la ciudad. Si. Las mismas oficinas donde truhanes de medio pelo encorbatados pasan la mañana rascándose el miembro o "atendiendo" llamadas de "urgente" necesidad, mientras camelan a la secretaria de turno que tendrá que complacerlos de alguna manera para alcanzar las metas de la empresa. Esa empresa que subcontrata a una decadente pequeña empresa de limpieza que, asu vez, subcontrata a pobres inmigrantes sin recursos para poder hacer y deshacer a su antojo. Así todos contentos. ¿Todos? Bueno, Hasán no tiene derecho a opinar. ¡Por qué preguntarle!
Pero, el otro día, en la carnicería se comentaba que el pobre Hasán finalmente habíase pasado al "lado oscuro". Merodea por los parques de las zonas pijas de la ciudad: (Si, cerca de las urbanizaciones de todos esos golfistas, reputados hombres de provecho, banqueros, políticos y demás beneficiados por su sistema) esperando carteras y demás objetos de valor a través de la intimidación. Ya había en la carnicería quien susurraba estudiadas máximas como (Pero claro, que vas a esperar de un...), (Ya decía yo que ese chaval no era trigo limpio...), (Fuera de aquí los mandaba yo a todos...).
Pero, aaaaaamigo, las vueltas que da la vida. Que resulta que la hija de la carnicera, con tres carreras y veinticinco másters ha tenido que emigrar. Como lo oyen. Ha tenido que irse del país en busca de algo que la haga subsistir, qué se yo, un puesto en alguna hamburguesería de extrarradio, un puestecito como "escort" o cualquier puesto donde, como Hasán, despreciarán, vejarán y después tirarán, sin reciclar.
No es esto una fábula con su moraleja. Para leer ensayos y apuntes sobre ciencia, teología y vida, vayan a KukupaPunda. En la taberna sólo nos sentamos y tomamos una copa mientras contamos lo que hemos oído por ahí. Son historias de la calle, historias de la vida. Que sepan que Hasán somos todos, también la hija de la carnicera que hasta hace cuatro días era una niña pija que dirigía su vista de forma altiva. Todos venimos de la mierda para acabar en la mierda, no esperéis mayores triunfos que triunfos efímeros y sin importancia para el grueso de una cada vez más putrefacta sociedad. Mientras, aquí en Apiá Dermin's te puedes tomar una copa, para ahogar las penas, que al final es lo que vale.
Por cierto, Hasán murió hace no mucho en una reyerta en prisión. La justicia había hablado. Un ladrón de poca monta ha de pagar. No entremos en debates...
-Pónme la última.

Serdrës, el mismo que el de Kukupa pero sin barba.
Año Cero.

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