lunes, 2 de marzo de 2015

La lucha sigue





Y el viaje siguió, tanto que nuestros simpáticos Mr Guau y Tiburcio junto con el despiadado Irrigorri se hallaban en un cruce de caminos en alguna parte del noreste de Arkansas, en el límite con los estados de Mississippi y Louisiana. El sol se reflejaba en el asfalto, el calor había derretido el alquitrán y tan sólo podían verse en el ambiente algunas esporádicas bandadas de pájaros junto alguna camioneta "Ford" de algún campesino de la zona. Irrigorri, al volante, se sentía cansado de tantos y tantos kilómetros de terreno llano, en un coche como era aquel "Cover", sin climatización y mucho menos aire acondicionado. Tan sólo las ventanillas bajadas y el incesante aleteo de los abanicos conseguían paliar la incómoda situación.
-Deberíamos parar en algún sitio a tomar una cerveza -espetó Mr Guau con un gesto de agobio.
-Yo no bebo alcohol -dijo rotundo Pedro Irrigorri, quien se había quitado el jersey, dejando ver su empapada camisa blanca.
-Bueno, pues un agua...o una CocaCola, qué se yo...esto comienza a ser agobiante- matizó Tiburcio, el caballo verde, que sudaba más parecido a un cerdo.
-Tenemos que llegar a Oxford, Mississippi. Allí tengo un amigo, su nombre es Phil Cassidy. Él nos ayudará a obtener armas y de ese modo liberar a mi hermano Tiburcio, tu dueño. ¿O prefieres ir a visitarlo al jodido cementerio? -gritó Pedro Irrigorri.
-Pero...¿Mi amo está aquí? ¿Está secuestrado? ¡Oh Dios mío! ¿Dónde está?
-Te dije que no querrías saber la verdad... Está secuestrado por los amigos rusos del jodido Petenyel. Están intentando vengar su muerte o algo así y claro, estos jodidos maricones van a por el más débil. No tienen cojones de ir contra mi. Los mataré con mis propias manos, sin necesidad de armas. Pero debemos estar bien provistos, son muchos y muy cabrones. Lo tienen en algún garaje de Oregón, eso es lo que me dijo McFlurry, el sheriff que estudió conmigo en la universidad, es quien ha estado ayudándome en todo esto. No como vosotros, sólo sabéis comer comida basura y reíros de todo. Ahora dejadme, no pararemos hasta que estemos en Mississippi. He dicho.

Irrigorri sube la música, se escucha una triste balada country. Al son de los violines y los banjos, Pedro acelera como queriendo adelantar el tiempo, estirarlo como una goma.
Phil Cassidy era un viejo colega de Irrigorri. Siempre que había necesitado armamento él se lo había conseguido, ilegalmente, pero conseguido. Antaño trabajaba en una armería junto a un tal Herman, quien por lo visto, debió estafarlo de la manera más rastrera, yéndose con todo el dinero a México y montando allí su propio negocio de hostelería. Phil Cassidy, había buscado por todos los Estados Unidos y México en busca de su exsocio, hasta que por fin, tras siete años con sus días y sus noches sin cesar de buscarlo lo encontró en su Hotel de Oaxaca matándolo de tres disparos en el cráneo. Después maniató y violó a su esposa hasta dejarla inconsciente y tras ello la obligó a casarse con él en Las Vegas, llevándola posteriormente a su rancho de Mississippi, donde viven juntos desde hace casi doce años. Pedro Irrigorri siempre ha dicho tener una gran fe en este hombre.

El estado de Mississippi no es muy diferente al de Arkansas en lo que a paisajes y vida ociosa se refiere. Mr Guau y Tiburcio, al atravesar la frontera, consiguen convencer a Irrigorri de que pare un momento en un supermercado 24h para coger un par de packs de cerveza y una botella de Bourbon. Así se les haría el viaje un poco más ameno, ya que Irrigorri no es, ni mucho menos, un gran conversador. El pedo fue brutal. Se cogieron una buena mierda, men.
Después de unos cuantos kilómetros más a lo largo del estado de la Magnolia por fin llegaron al despampanante rancho de Phil Cassidy. Se llamaba "The Rebel" (El Rebelde), quizá haciendo alusión al carácter de su indómito dueño. Y así es como aparentaba ser aquél cincuentón de aspecto tosco, larga barba rubia y coleta, gafas de sol y vestimentas vaqueras. Apareció con una amplia sonrisa hacia Irrigorri, quien lo saludó con la seriedad que lo caracterizaba.
-Jodido hispano, ¡Cuánto tiempo joder! Espero que estés bien y no hayas hecho mucho el hijoputa (amplia carcajada).
-Lo he intentado, pero ya sabes que no es fácil, Phil, el mundo está lleno de hijos de puta...

...TO BE CONTINUED...

miércoles, 21 de enero de 2015

Al son del polvorete















Tras todas las sinuosas curvas que dieron para subir el puerto de montaña por el que pasaba su ruta, hicieron stop al anochecer en aquel recóndito pueblo de montaña. El mas elevado de la comarca, apenas habría unas 20 casas.
A medida que aminoraban la velocidad para adentrarse en la primera casa del pequeño pueblo ven un cartel colgando entre dos casas: "Fiestas del carmen de Talledo"
Casualidad que eran las fiestas de ese pueblo, ya se sentía el aroma del chorizo a la brasa y ya se veía a las gentes haciendo cola para el aperitivo, al son de la música de romería
-Hay que mirar a donde está el albergue, en el mapa pone que aquí hay uno-dice Pedro Irrigorri
-Coño Pedro, ¡que tenemos farra y todo en este pueblo del culo del mundo!-Mr.Güau dice sorprendido
-A mi no me gusta la fiesta, no fumo, no bebo y mucho menos bailar. Para mi la noche solo es para una, las matemáticas... bueno y las señoritas, pero eso no es asunto de nadie- Dice Cortante Irrigorri
-Anda Pedro... ¡por favor! lo hemos pasado fatal estos dias, deja que nos relajemos un poco y cambiemos de rollo... un poco de música y baile no nos va a hacer daño, y mañana seguimos con la búsqueda-Dice el caballo verde Tiburcio, el mas infantil de ese vehículo, pero a la vez el mas convincente y conmovedor
-Eso es Tibur, hazte caso Pedro que las fiestas rústicas son las mejores-Anima Mr.Güau
-En fin... que confusión... vaya... haced lo que querais, aparca el coche por ahí que yo me quedaré durmiendo-finaliza, agotado, Pedro Irrigorri
-De puta madre, vamos Tibur a pillar algo de papeo y priva-saliendo Mr. Güau del cover a toda prisa
En la diminuta plaza, había una carpa en la que servían la comida y bebida, en el otro extremo estaba un pequeño camión verbena animando el espectaculo, se podía leer: "Espectáculos Raspu" 
El tal Raspu animaba la fiesta, era una especie de discjockey que con una guitarra de pega entonaba pésimamente la cancion "el gallo sube"
Tiburcio y Mr. Güau por su condición animal encajaban bien en ese tipo de fiestas rústicas. La fiesta se iba animando y la bebida iba subiendo, un tal Perales del que se hicieron amigos les trajo buen yerbón puro de un prado de ahí al lado, no era media noche y el colocón era de los gordos. Raspu agarra el micro e intercalando música con voz:
-Bueno bueno Talledo... e jeje (paquito el chocolatero(8)...) la fiesta se va animando... e jeje¡vamos a elegir al Mister Talledo 1999!(Héy, hey, hey(8)...) así que los que querais prestentaros... id subiendo al escenario mozos jeje!
-¡Vamos Güau vamos!-galopa subiendo al escenario Tiburcio, a green horse (el caballo verde)
-Nah... yo paso, te veré haciendo el ridículo mientras apuro mi fly
Los candidatos fueron subiendo hasta ser unos 10, todo hay que decirlo no muy agraciados, un poco paletos y descamisados. Tiburcio destacó entre todos, mas que nada por ser un caballo verde, con lo cual fué elegido ganador por la multitud rural
-¡Bueno buenooo! parece que ha salido ganador del concurso este único en su especie caballo verde -emite Raspu- y para el va a ser el premio: 100 gramos de coca de la buena, cultivada en una ladera de por aquí! Tómatela agusto, aquí ni llega Guardia Civil ni nada... ejejeje...  (pss, pero dame un poco a mi)
Tiburcio, popular ya entre la treintena de personas de la fiesta, se fué al establo mas cercano a aparearse con hermosas yeguas, acabandose entre pecho y espalda la nieve del premio
Mr. Güau probó suerte pero no le cundió esta vez, así que se unió con Raspu a una rápida de mus nocturna en la que se jugaban unos kilos de alfalfa, mientras se acababan todas las botellas e iban pasando las horas...
-Se acabó la fiesta
-¿Ya? venga, un poco mas hombre, Víctor, que estamos aquí de puta madre echando 
unas partidas...-Dice totalmente ebrio ya Perales
-No
-Pues nada, ya sabes Mr. Güau, estos de la comisión de fiestas son así... a dormirla se ha dicho
Amanece, Mr. Güau se despierta en un nicho del cementerio, y Tiburcio encima de dos yeguas, con un estupor y dolor de cabeza de los de campeonato
Irrigorri les espera de pié , hay que continuar con el viaje

...TO BE CONTINUED...

Dave Zabakia: caracter equino, no lo olvides

lunes, 12 de enero de 2015

Irrigorri, fe en el caos.



El viejo "Cover" está pintado a parches, aunque varios puntos de la carrocería está tan desgastada que recuerda el papel de fumar. Mr.Guau conduce con un inaudito estilo y control para ser un cánido, mientras Tiburcio va apurando las caladas de un bong de marihuana, verde, como él. Pedro Irrigorri, ese sujeto tan siniestro y frío se encuentra en el asiento trasero tecleando sistemáticamente su calculadora de bolsillo, la cuál lleva a todos los sitios, como intentando buscar en las matemáticas la solución para sus problemas.
-Todo puede ser representado mediante números- fueron sus únicas palabras durante aquel extraño viaje sin rumbo.
Mr.Guau y Tiburcio no podían disimular la tensión que abigarraba sus cuerpos. El mismo hombre que tenían detrás acababa de asesinar sin gesticular, manchándose su gabardina de sangre pero sin importarle, a Dimitriy Petenyel, uno de los hombres más temidos de todo el condado. Un auténtico macarra sin escrúpulos. Sin embargo, aquel hombre alto y desgarbado llamado Pedro era diferente a todos aquellos asesinos que, aquel perro y caballo, habían conocido a lo largo de su carrera criminal. Irrigorri no utilizaba palabras malsonantes, no era agresivo en sus actos, de hecho parecía un hombre sereno, culto y de lo más educado. Tiburcio el caballo verde y Mr.Guau el perro no se atrevían a preguntarle nada. ¿Sería aquel extraño sujeto su nuevo jefe? En aquel coche tan sólo se oía el ruido del cada vez más destartalado motor y el viento entrando a raudales por las ventanillas. El asfalto parecía resbaladizo y helado en aquella estrecha carretera de pronunciadas curvas y quitamiedos de piedra.
-Escuchadme atentamente. Tan sólo lo diré una vez -rompió espontáneamente el silencio Pedro Irrigorri.
Tiburcio y Mr.Guau se quedaron de una pieza al escuchar aquella voz grave y perfectamente inteligible.
-A partir de ahora seremos compañeros, lo cual no quiere decir amigos, pero si fieles compañeros a los que exijo lealtad, respeto y sobre todo, insisto, fidelidad. Os estaréis preguntando quien soy y por qué he matado a la cucaracha eslava que teníais por jefe, si es que a alguien tan sumamente drogadicto y desorganizado se le puede atribuir tal honor. Bien. Yo he venido aquí a salvaros. Me llamo Pedro, y ese es mi único nombre, no tolero que se me llame de otro modo, de lo contrario...ya habéis visto lo que podría acontecer. ¿Estamos? (los animales callan, se oye un trago de saliva). Bien. Vengo por orden de tu dueño, Tiburcio, del mismo nombre. (Tiburcio, ese hermoso y fuerte caballo verde relinchó con la alegría de un potro salvaje cuando ve una fuente, con la ilusión de un niño al que le acaban de regalar la última consola)
-En...¿En serio te envía mi dueño? ¿Dónde está? Llevo sin verlo años. Pedí millones de veces a Petenyel que me reuniese con él, hasta le propuse favores sexuales, mas siempre se negó.
-Eso tiene fácil explicación, caballo. Resulta que tu dueño, el viejo Tiburcio ha estado cerca de cuatro años secuestrado en un zulo del monte por estos desalmados que decían ser tus jefes y benefactores. Con nada más que pan y agua para llevarse a la boca. Y eso ocurrió porque conmigo no podían, y tenían que ir a por el débil. Ellos eran unos malditos cobardes, por eso ahora están muertos. -sentencia Irrigorri.
-Pero...no entiendo nada. ¿Por qué secuestran a mi dueño? Es un humilde agricultor, con una pequeña casa y una cuadra aún menor. Y... ¿Y qué tiene que ver contigo? Esto es muy raro.
-Tiburcio es mi hermano mayor -soltó a bocajarro Irrigorri con el semblante muy serio.
Mr.Guau y Tiburcio se miran boquiabiertos y, de repente, se sienten mucho más seguros en aquel coche.
-Tiburcio debía tener unos quince años cuando yo nací. Él ya trabajaba en el campo, de sol a sol, para ver cuatro duros. Nuestra madre murió en mi parto y nuestro padre estaba demasiado ocupado en las tabernas. El único que luchaba por aquella casa era Tiburcio, tu dueño. Él me sacó adelante, me crió con leche de cabra y buena carne de ternera. Tiburcio tenía la obsesión de que yo fuese alguien, de que estudiara y no me quedase en el campo como él por una miseria. De manera que, con el dinero que había ido ahorrando poco a poco me  envió a un prestigioso colegio sacerdotal, donde el padre Juankhar fue mi mentor hasta mi mayoría de edad. Aunque a Juankhar le hubiera gustado que siguiese sus pasos como sacerdote yo me decanté por el mundo de las ciencias, en especial las ciencias exactas, ya que sufrí una profunda crisis espiritual de la que el pobre padre Juankhar, bendito, no me pudo sacar. Fui subiendo como la espuma hasta que conseguí cursar matemáticas en la universidad, y fue allí precisamente, donde sentí mis primeros deseos de matar, de quitar vidas. Es que a ver, había tanto subnormal suelto por aquellos pasillos, con sus bromas y sus confianzas, que tuve que clavar más de uno y dos lápices en yugulares. Yo soy así. Un hombre serio, no tolero las confianzas, ya que yo no se las doy. Sólo respeto a mi familia. A mi familia y a las matemáticas.
Mr.Guau y Tiburcio escuchaban con sumo interés aquella confesión de su nuevo jefe. Era el hermano de Tiburcio y no tenían nada que temer. Sólo tenían que ser respetuosos, medir sus palabras y, sobre todo, nada de bromas. Era Pedro Irrigorri un hombre recto como una vara de avellano.
Amanecía justo cuando Irrigorri calló y comenzaron a verse las primeras viviendas de un recóndito pueblo de montaña. En el cartel de entrada se podía leer "Talledo".
-Nos hospedaremos aquí mismo - vaticinó el singular matemático.

...CONTINUARÁ...

Serdrës, un Lunes cualquiera no sabes que hora es.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Cadáveres de magro
















Bledar ya se había ido hacía tres horas a deshacerse de los agentes de policía y Petenyel cada vez estaba mas nervioso si cabe, pues los planes no se debían modificar más.
Tiburcio y Mr. Güau aguantaban la monótona espera jugando a los dardos mientras se ariborraban a Brandy y a pienso de granel.
Petenyel con su cuchillo hacía muescas en la barra del bar, cuando en mitad de su desesperación entra por la puerta Bledar
-Maldita cucaracha Albanesa... ¿tanto tiempo se tarda en dehacerse de dos bazofias como esas? ¡mas te vale darme buenas noticias!-dice alzando su cuchillo Dimitri Petenyel
-Verás Dimitri, los he descuartizado, metido en bolsas de basura y después los he lanzado a la ría de Porthland Coast con unas cadenas, nunca se volverá a saber de esos dos mequetrefes
-Bien, esas ratas de alcantarilla no volverán a molestarnos. Tenemos que movernos, no podemos seguir operando por ese barrio, este negocio tiene que espanderse por mas ciudades y estados, los ingresos están bajando- Exclama Petenyel
Barman, que era el que mas entendía de negocios interviene en la conversación
-Dimitri, acordamos que yo en la sombra me iba a encargar de la gestión de este negocio, tu eres hombre de acción, nervio, yo bajo estas paredes operaré en la sombra, solo tienes que afianzar ciertos negocios, Don Pedro es mi contable y lleva trabajando varios años en esto, es un experto en estas cosas, pero no suele quedarse mucho en los lugares, no se por qué, pero deberías aprovechar para que te explique algunas cosas, espera que le llamo: Pedro, ven un momento por favor
Aparece el contable, un hombre calvo y de alta estatura, quien fríamente le explicó todos los pasos que debía seguir para la creciente gestión de su negocio. Estaban hablando cuando Tiburcio interviene:
-¡Joder! yo ya estoy harto de estos fregados, a mi me prometisteis que ibamos a encontrar a mi dueño Tiburcio y aun no se nada, me tratais como a un subnormal.
-Tranquilizate, Tibur, anda hazme un favor y llevame estos dos cortados y este juego de fichas a la mesa cuatro
Tiburcio coge la bandeja y cuando va a dejarla en la mesa se le cae todo desperdigando todos los cafes y fichas por el suelo
¡PLAF!
-¡Cago en sos Zacarías!¡que torpe de caballo que eres!-dice riéndose Mr. Güau apurando la última calada de su trompeta de yerba
-Maldito Caballo estúpido...-gruñe Petenyel
-No me entendeis, yo quiero encontrar a mi dueño... snif...-Tiburcio se fue a llorar a la trastienda mientras Barman secaba la madera del suelo con una ponzoñosa fregona
Petenyel no aguantaba mas la situación y estalla en furia clavando su cuchillo en la barra:
-¡Callaos todos, basta ya, aquí mando yo y las cosas a partir de ahora se van a hacer a mi manera!
-Tranquilo tronco, que las cosas no se arreglan a voces, relajate un poco, te doy un ganjah si quieres-dice pacificante Mr. Güau, pero Petenyel ya había estallado en cólera
-Callate, sucio pulgoso, no se para que os he contratado a ti y al inutil ese de caballo, que no hace mas que lloriquear... todos parece que quereis darme lecciones de como tengo que hacer las cosas, pero llevo muchos años en este negocio y no me vais a tocar las pelotas mas, y mucho menos que me venga el Pedrito este a decirme como lo tengo que hac... glúb... gg... ggglgg...
Antes de que acabase la frase, el supuesto contable con una velocidad letal coge el abrebotellas y degolla a Petenyel rápida y sigilosamente
-Mi nombre no es Pedrito, me llamo Pedro Irrigorri
-¡Oh joddeer!¡Peeetenyel! ¡Petenyel!-rogaba el matón a sueldo Bledar al ya cadaver Dimitri Petenyel
Barman, con su siempre inamovible tranquilidad:
-Se me olvidó decírselo, este es Pedro Irrigorri, odia que lo llamen Pedrito, y ha asesinado a más gente que toda la mafia eslava junta, lleva matando desde niño. Me caía bien, pero se estaba columpiando mucho, hay que saber donde está tu sitio, los delirios de grandeza no van bien para la gente irritable como Irrigorri
Irrigorri se colocaba las gafas con una frialdad atípica cuando por la puerta entra una mujer policía con una patruya armada
-Es aquí compañeros, son los que andaban buscando el agente y sargento, ¡Arriba las manos!
-¡¡Disparad!!
Se arma un tiroteo increible en el local, cuando Mr. Güau y Tiburcio aprovechan para escabullirse
-¡Corre Tibur, vamos!
-Arranca por dios Mr.Güau, vámonos de aquí
brrrmmmmbbrrrr... arranca el Cover
-Cago en sos Zacarías... este coche es lo mejor que se ha hecho nunca, ¿o no? ¿a donde vamos Tibur?
-A buscar a mi dueño, ha de estar en alguna parte, en algun lugar

C O N T I N U A R A ...


Zaballuca III domingo de Adviento: "te rogamos, óyenos"

jueves, 4 de diciembre de 2014

La escucha



Unity Station es un lugar sombrío y sin ningún tipo de interés turístico. Son edificios grises cubiertos del hollín de fábricas que alguna vez en el tiempo tuvieron algún tipo de actividad. Hace años que se convirtió en uno de los distritos más pobres de la ciudad. El fuerte desempleo, registrado a finales de la década de los ochenta, acució una situación de desesperación, delincuencia y sobre todo miedo. Es el barrio del miedo. Los pocos vecinos oriundos que quedaron en el barrio, atendiendo algunos de los negocios, como Jeffrey el de la licorería o Pete el zapatero de la Avenida de Harrington viven en una indeseable tensión, fruto de la extorsión de las bandas que dominan la zona.
Unity Station se divide en dos zonas bien diferenciadas. El puente Callahan sirve de conexión entre ambas. Sus habitantes conocen la margen izquierda como "The Bitches" (Las putas), los llaman así pues allí se encuentra la comisaría de policía y la iglesia. Ambos iconos resultan molestos y muy atacados por las bandas. La zona derecha, donde hallamos los más altos índices de criminalidad de la ciudad, es conocida como "Black Lion's Area". Sin embargo, los dos peligrosos clanes del barrio conviven, desde hace años, a lo largo y ancho de ambas partes. El puente Callahan ha sido lugar de los encuentros más sangrientos y peligrosos de los propios Estados Unidos. Auténticas batallas campales. Aún recuerdan los viejos del lugar la laboriosa construcción del puente, muchos eran niños de parvulario y recuerdan la ilusión de las primeras obras. Hoy día, lo demolerían.
Es bien sabido por todos los vecinos del barrio que el pub "Pickles" es una tapadera. Desde el minuto 0, este pub de estilo británico, ha sido testigo de los más turbios negocios imaginables. Desde el tráfico de órganos, la trata de personas y droga, pasando por la prostitución ilegal. Su propietario, James Cassidy, nunca ha sido visto por la zona, de hecho hay quien dice, incluso, que no vive en la ciudad desde hace varios años. Es un buen amigo y colaborador de la mafia eslava, en especial, de nuestro hombre, Dimitriy Petenyel. De las labores de barra se encarga Tommy, más conocido cariñosamente por toda la fauna del barrio como "Barman". Es el portavoz de Cassidy.

-Atento, Barman. Tenemos problemas. Convoca a Bledar y los suyos. Tenemos que ser una piña.
-Maldita sea, ¿Qué ha ocurrido, Dimitriy? ¿Hace falta llamar al jefe?
-No, no. Esto no es asunto de Cassidy. No hay por qué molestarlo. Esto lo arreglo yo rápidamente. Se trata del sargento Smith y su puta becaria, ese tal...McNulty, o Mc..no se, solo se que tiene apellido escocés.
-Jo-der. ¿Qué saben ese par de ratas? Jodidos maricones...
-Pues ahora mismo estamos jodidos. Nos han descubierto. Conocen a este par de merluzos (refiriéndose a Tiburcio, el caballo verde, y el noble perrito Mr. Guau), conocen el coche, conocen el bar...¡Maldita sea! ¡Todo nuestro puto plan! ¡Eso conocen!
-Dios mio...esto es la ruina, Petenyel. ¿Qué vamos a hacer? ¿Tienes alguna idea? -responde sofocado Barman.
-Por lo pronto pon dos "cortaos". Guau, Tiburcio, ¿Queréis algo?
-Yo tomaría una buena taza de pienso -se precipita Mr. Guau
-Yo un poco de agua de la fuente, si puede ser -relincha Tiburcio, agotado.
(Barman sirve a los peculiares esbirros de Petenyel. Dimitriy, con gesto serio se dispone a contar su elaborado plan. Él es un hombre de recursos)
-Veamos...mi plan es bien sencillo. Acabamos de dejar noqueados y atados a esas dos bazofias en la tienda de Ivanov. De lo contrario cuando hubieran despertado, seguramente, llamasen a alguno de sus mierdas de compañeros. Pues bien. Los hemos dejado bajo llave. En el departamento de policía sólo ellos dos conocen nuestras andanzas. Por lo que es bien sencillo. Llama a Bledar, el albanés, el sabe lo que hay que hacer. Las llaves están metidas en el buzón que hay fuera de la tienda. Haz que no tarde.
(Barman asiente. Corre a la trastienda a llamar al matón albanés. Aún comentan los vecinos del bloque al que pertenecía la tienda del difunto Ivanov como aquella noche se escucharon dos disparos secos y fríos como un bloque de hierro junto al río)
-Oh mierda... -espeta Mr. Guau mientras arranca el destartalado "Cover".
-¿Qué ocurre, perro? ¿No arranca esta jodida tartana? Tenemos que hacernos con un vehículo más serio, joder...somos el hazmerreír del puto barrio. -Vocifera malhumorado, como siempre, Petenyel.
-No, no es eso Dimitriy... ¿Te acuerdas de la agente que iba con McFerrie aquella noche que sospechamos que nos estaban siguiendo...?
-Coño, es verdad. Esa zorra sabrá que hemos sido nosotros quienes hemos matado a esos dos bastardos. Y ella lo sabe todo sobre nosotros también... -discurre el caballo Tiburcio.
-¿Es que nunca podemos tener un puto día en paz? -Vocea exageradamente Petenyel.
-Y lo peor de todo es que no sabemos su nombre...

...TO BE CONTINUED...

Serdrës en el año jubilar de la Sta. María de las Miserias.

jueves, 27 de noviembre de 2014

Encrucijada



















-¡McFerrie! tenemos que ir hacia el barrio Ruso de inmediato y hacer guardia frente a la tienda de Ivanov, ¡tenemos ventaja de que aun no saben que conocemos sus planes!
-Puede ser peligroso, no sabemos con quien tratamos, deberíamos actuar con mayor cautela y...
-¡Andando! se perfectamente con quien trato, ese cabrón no se me escapará una vez mas, iré contigo en persona, los dos solos no llamaremos la atención ¡arranca el jodido coche coño!
Detienen el vehículo en el aparcamiento frente a la tienda del Ruso Ivanov, y durante una hora no observan nada, ni siquiera se veía al dependiente, pero la tienda estaba abierta
-¿Deberíamos entrar sargento?
-Vamos- Caminan y entran en la tienda con su pipa en mano, no hay nadie a la vista
-Aquí no hay nadie, sargento
-¡Mira en la trastienda!
...-¡Jodder!, ¡Es el puto Ivanov, lo han ahorcado!
-El cadaver aún está fresco, lo han asesinado hace poco
-¿Qué mierdas hacemos ahora, sargento?
Entre el impacto de la situación el sargento Smith y el Agente McFerrie no se dan cuenta de que alguien ha entrado en la tienda, quien con una cojera probablemente bélica se aproxima a ellos y los apunta con una AK-47, cicatrices por doquier y voz rasgada
-Sargento Smith... nos volvemos a ver, hagan el favor de ponerse de rodillas
-Jodido Petenyel... una vez más me la has vuelto a jugar, pero yo que tu huiría, están al caer 5 patrullas de policía, ¡vas a pasarte el resto de tu vida pudriéndote entre rejas!
-JA JA JA... ¡руки вверх, педик!- Petenyel propina un puntapié al sargento en la mandibula y lo deja noqueado- en este barrio mando yo, y solo un mierdecillas de poli de suburbio como tu sería capaz de venir a mi casa, a insultarme
En un descuido durante el largo alardeo, el habil agente McFerrie logra golpear lanzandole un cenicero cercano a la pierna mala de Dimitri Petenyel, lo que logra tirarlo al suelo retorciendose en ruso de dolor
-Sargento vamos-intenta incorporarlo-tenemos que irnos de aquí
Petenyel, en el suelo, sin poder levantarse, dolorido y apuntado por el arma del agente Mcferrie, grita lo que parecen ser ayuda:
-¡после них, Güau,Tiburcio! 
-Calla, rata rusa, maldita sea, calla o te vuelo los sesos, y digo que ha sido un accidente
-Como un misil, y sin dar tiempo a nada, un coche se aproxima a gran velocidad hacia el escaparate de la tienda y sin frenar un ápice hace un alunizaje destrozando todo a su paso. Del asiento del copiloto se baja un caballo de color verde,  y como un resorte se abalanza sobre el apuesto agente McFerrie y le propina una brutal coz que lo empotra contra la estantería, dejandolo inconsciente a la vez que esta se le cae encima
-¡Joder, Tiburcio, a Green Horse!-dice Petenyel dirigiendose al caballo- ¿Por qué habeis tardado tanto?, estos patanes casi nos joden todo el tinglado
-Lo siento Petenyel, unas chicas muy guapas estaban filtreando con nosotros y ...
-Hemos llegado justo a tiempo, pensabamos que tenías todo controlado, además... siempre nos ha gustado apurar- dice bajándose del asiento del conductor un perro de color gris, responde al nombre de Mr Güau
-¡Basta de chorradas Mr Güau!-dice reincorpornadose, el malhumorado Petenyel - estamos tratando un asunto muy serio, grandes proyectos... y casi nos los joden estos dos. Vamos a atarlos meterlos al coche, tu coge a ese, este es para mi-Dice con una sonrisa malintencionada Petenyel, maniatando al todavía aturdido sargento Smith- ¿Está en condiciones el coche?
-¡Claro Petenyel, joder! es un Cover del 76, ya no los hacen así, son de acero... los coches de hoy en día en cuarta no salen, con esto he ido al fin del mundo
-Arranca, y vámonos de aquí
-¿A donde vamos?-Exclama Tiburcio
-¡A Unity Station!, uno de los locales situados en unos bajos pertenecientes a la mafia albanorusa, es de Barman, un amígo mío, allí decidiremos que hacemos con estos dos
Durante el viaje los agentes permanecen inconscientes, y llegada la altura del Puente Callahan, Tiburcio, a green horse, no puede evitar preguntar acerca de algo que le lleva tastornando el sueño durante meses
-Petenyel, no sabemos nada de mi dueño Tiburcio. Sigue en la carcel, tu me prometiste que si trabajaba gratis para ti conseguirías localizarlo y traerlo de vuelta conmigo, soy todo lo que tiene y el es todo para mi, el me vio nacer.
-Es cosa complidada chico... lo último que se sabe de el es que perdió todos sus ahorros en Las Vegas, en una timba loca. Estuvo involucrado en negocios de drogas, prostitucion y tráfico de órganos, además fuera de chirona le están esperando muchos de los que debe dinero de aquella noche fatídica de las Vegas, el juego es muy malo (Serbio, tiburciogreen 2007)
-Ya hemos llegado- Exclama Mr Güau, quitándose sus siempre peculiares gafas de sol

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Aunque nadie te recuerde.



Portland, Oregón. 6:25 a.m

-Sargento Smith, tengo novedades acerca del "Cover" del 76 que apareció abandonado junto a la Avenida Mohawk.
-Vaya, ¡Maldita sea McFerrie! ¿Es qué acaso no tiene otro jodido momento más para venirme a hablar que cuando estoy tomando mi maldito desayuno? -Brama, enfurecido, el obeso sargento Ralph Smith.
-Es que...verá... No me va a creer, pero... -susurra entre dientes un amilanado Edd McFerrie, subinspector.
-¡Bien! ¡Veo que hoy no podré tomarme mi jodido desayuno! Dispara. ¿Qué ha pasado, hombre? ¿Qué ha pasado? ¿Es que en esta ciudad siempre tiene que ocurrir algo para que yo no pueda descansar tranquilo?
(Acaba su retahíla de blasfemias y disparates con un sorbo de su café con leche y nata comprado en algún Starbucks cercano).
-Verá, sargento... Resulta que hace escasas dos horas...cuando estábamos la agente Perry y yo haciendo la ronda, vimos corriendo sospechosamente a un sujeto junto a la tienda 24h de la avenida Tenpenny. ¿Sabe a qué tienda me refiero, verdad? La de Ivanov, el ruso.
-Bien...no te vayas por las ramas, McFerrie, ¡Rayos! No tengo todo el día.
-Bueno, el caso es que en un primer momento, la agente Ferry y yo pensábamos que se trataría de un atraco, ya que el hombre que corría hacia la tienda iba cubierto con una capucha. El caso... es que, después de entrar este hombre, sigilosamente, nos bajamos del coche para cubrir la entrada de la tienda, por si ocurriese algo.
-¿Y bien? Ese maldito encapuchado iría a comprar algo de alcohol para el frío, ¡Joder, Mcferrie! Ya conoces de sobra ese barrio y sabes que está lleno de putas y yonkis.
-Permítame la discrepancia, sargento. Resulta que ese hombre, sin quitarse la capucha en ningún momento, mantuvo una conversación en ruso con el dependiente, es decir, con Ivanov. Y pudimos ver como le entregaba un arma. Concretamente era una "Uzi" de fabricación israelí. Esto ocurrió en un breve intervalo de tiempo, tanto que la agente Perry y yo tuvimos que camuflarnos entre los contenedores ya que el encapuchado salió de forma brusca y, de nuevo, echó a correr. No pudimos ver hacia donde.
-Bueno, joder, McFerrie. Aquí puedes conseguir un arma en el mismo lugar en el que te compras los pantalones. ¡Esto es América!
-Ya, sargento, pero... lo interesante llega ahora. La agente y yo entramos a la tienda nada más salir este sujeto. Ivanov estaba muy nervioso, temblaba. Parecía asustado. Nos identificamos y comenzamos a interrogarle. Al principio no colaboraba, se limitaba a decirnos los precios de las chocolatinas del mostrador e intercalaba palabras en ruso. Finalmente, después de un par de hostias bien dadas y cuatro voces, pudimos sonsacarle el nombre del sujeto que estuvo allí y por qué le entregó el arma y...no se lo va a creer.
-¡No tengo el día para acertijos, McFerrie! ¡Dispara!
-Ese hombre es Dimitriy Petenyel. Creo que lo conoce de sobra.
-¡Diablos! ¿Petenyel? Claro, claro que lo conozco. Crímenes de guerra durante la guerra de Ucrania. Mano derecha del guerrillero Appeah Dertminth y cuñado nada más ni nada menos que del hijo puta de Anatoliy Timochuff, actual jefe de la mafia ucraniana en los Estados Unidos... Esto me da mala espina. ¿Qué hace una cucaracha como esa en Portland?
-Bien...al parecer, sargento, está organizando comandos de la mafia eslava por el norte de nuestro país. De hecho, a Ivanov lleva extorsionándolo bastante tiempo. Petenyel está instalado en la ciudad. Me puse en contacto inmediatamente con Roger Cervino, del departamento de investigación para saber si conocía alguna dirección a nombre de esta persona en la ciudad o en todo el estado. Media hora después me llamó.
-¿Y qué demonios le dijo? No me puedo creer que una lagartija como esta esté aquí. Es el hombre más escurridizo que he conocido. Hace diecisiete años que rezo para que ese malnacido caiga con toda su banda, y ahora me tengo que enterar que está aquí. Yo lo atraparé personalmente. ¡Dime que tienes algo!
-Pues...resulta que no hay ningún domicilio a nombre de Petenyel, ni arrendamiento. El caso es que ¿se acuerda del cover abandonado de la avenida Mohawk? Cervino me dijo que agentes de la zona oeste han visto repetidas veces ese coche en el barrio ruso, hasta hace aproximadamente un mes. El coche es el mismo, la misma matrícula. ¿Qué casualidad que esté en Mohawk, a tan solo una manzana de la tienda de Ivanov, no?
-Tenemos que ir al barrio ruso ya. ¿Me ha entendido? ¡Ya!
-Escuche, antes de nada. Al parecer Petenyel está acompañado de dos peligrosos matones. Registramos el Cover de arriba a abajo nada mas hablar con Cervino y nos encontramos con un recibo a nombre de un tal Mr Guau.
-¿Mr. Guau? ¿Ese apellido? ¿Conexiones con las tríadas chinas?
-Me temo que es más extraño que todo eso. Llamé a la comisaría más cercana al barrio ruso para informarme acerca de este tal "Guau" y lo que me dicen es que Petenyel suele ir a cobrar las deudas y a romper piernas acompañado de un perro y un caballo verde.
-¿Cóooooomooooooo? (El estruendo resuena en toda la comisaría)

Serdrës, año 0.